"Llegó la noche, el gigante cerró sus ojos. Sus párpados pesaban, sus ideas volaban, sus palabras se confundían con el constante susurro del aire escapándose entre sus fauces, repletas de enormes y sanguinolentos colmillos. Y agarrando Brutalmente al sueño entre sus garras, se quedó dormido.
Mis pasos resuenan por todas las calles, avanzo por esta ciudad sin gente, Miro la dulce y silenciosa soledad reinante. Transito las abandonadas calles, ya grises de tantas lluvias que han lavado los colores hasta dejarlos translúcidos y sin brillo.
Mis pasos me conducen, sin querer (o no) hacia un hermoso templo gótico, catedral de las catedrales, reina entre las reinas, bella por fuera, hermosamente tenebrosa por dentro; con su brillante y colorido rosetón y sus picudas cúspides.
Atravieso la grande y elaborada puerta, en la que las vidas de los santos quedan gravadas en la memoria, y penetro en la ominosa oscuridad que reinan en el interior, sólo interrumpida por el hermoso haz de cálidos colores que proyecta el rosetón hacia el elaborado altar."
Este relato está aún sin acabar, y puesto que hoy no tengo tiempo dejo este fragmento, de momento para cualquiera que le pueda interesar.
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